Los hospitales tienen un espacio al que pomposamente llaman "observación" y es allí donde observan cómo la gente muere. Nada más.
Tal vez cambien un suero, tomen la tensión arterial o midan la diabetes.
Y sirve para que te pegues allí mínimo doce horas, oyendo quejíos. Coño, como en semana santa.
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